Definición de presión fiscal y esfuerzo fiscal

Aunque pueden sonar a lo mismo, la presión fiscal y el esfuerzo fiscal son distintos indicadores, ofrecen información sobre fenómenos diferentes y es fácil confundirlos. Cada vez que llega un ciclo de crisis o recesión, vuelve al debate público en los medios de comunicación si se pagan suficientes impuestos o deberían aumentar. Para poder tener una opinión debemos empezar por saber de qué estamos hablando. En este artículo vamos a intentar definir la diferencia entre medir presión fiscal y el esfuerzo fiscal.

 

En los últimos meses, ha vuelto a los medios de comunicación informaciones sobre la presión y el esfuerzo fiscal que afrontan los españoles. De una parte se justifican las 21 subidas de impuestos en un año, de momento, para hacer frente a la crisis por la que atraviesa nuestro país. Los defensores de las subidas suelen argumentar la presión fiscal, que comparada con la de otros países del entorno, es más baja. Los menos partidarios a las subidas de impuestos, ponen en foco en el esfuerzo fiscal. Ambos valores ofrecen una imagen de la realidad bastante diferente.

 

imagen presión y esfuerzo fiscal

 

Diferencias entre presión fiscal y esfuerzo fiscal

 

Vamos a ver las diferencias entre presión fiscal y esfuerzo fiscal. Empezamos por la presión fiscal:

La presión fiscal: es un indicador que se calcula como el porcentaje de la riqueza total que ha generado un país (PIB) que ha sido “desviado” a las arcas del estado. El resultado se expresa como un tanto por ciento. La fórmula de presión fiscal sería: Recaudación fiscal/PIB *100.

Mientras que:

El esfuerzo fiscal: mide el porcentaje de impuestos sobre los ingresos del contribuyente. Este dato refleja mejor la realidad de los ciudadanos. Se calcula usando el dato anterior, presión fiscal, dividiéndolo por el PIB per cápita (lo que ha ganado). La fórmula de esfuerzo fiscal sería: esfuerzo fiscal/PIB per cápita * 100

 

Los expertos utilizan la presión fiscal cuando quieren efectuar comparaciones entre países y evaluar el nivel de impuestos que soportan. Pero, emplear este indicador ofrece una visión del conjunto como país, sin tener en cuenta otros factores, pudiendo dar una idea distinta a la realidad de los contribuyentes en el día a día. La presión fiscal es un reflejo del gasto del Estado, el esfuerzo fiscal mide los impuestos que paga cada contribuyente en relación con sus ingresos.

El esfuerzo fiscal del contribuyente español es del 40%, el más elevado de la zona del euro

Hablando de España, tiene una presión fiscal de las más bajas de toda la Eurozona; sin embargo, el esfuerzo fiscal es de los más altos de la Eurozona. España supera en esfuerzo fiscal a países conocidos por sus impuestos altos, los países del norte de Europa. Según la Asociación Española de Asesores Fiscales y Gestores Tributarios, las últimas subidas de impuestos han situado el esfuerzo fiscal del contribuyente español en el 40%, el más elevado de la zona del euro.

 

¿Se pagan pocos impuestos en España?

Según la información que podemos encontrar en la web civismo.org, con contenidos elaborados por un grupo de economistas de gran prestigio y con vocación investigadora, la respuesta es contundente. En su último estudio reflejan como los españoles trabajan una media de 194 días al año, solo para pagar impuestos y cotizaciones sociales. Esto significa trabajar medio año solo para pagar sus impuestos. Durante el último año, la presión fiscal sobre las familias españolas ha aumentado en un 3,84 %, incluso cuando sus rentas han disminuido un 7,34% en el mismo período. Desde principios del 2019, la caída acumulada de la renta familiar es del 5,95% mientras que el pago de impuestos se ha incrementado un 5,34% en el mismo periodo.

 

En España el esfuerzo fiscal ha subido en los últimos 22 años por encima de lo que han subido los ingresos. Dicho de otra forma: una familia española media paga hoy 10 puntos más en impuestos que en el año 2000. Teniendo en cuenta que el ciclo económico completo parte de 1999-2000, los 10 puntos de subida de impuestos son de carácter estructural, por lo que es muy difícil lograr revertirlos. Otro dato ilustrativo; el indicador de esfuerzo fiscal en España para el año 2021 se situó un 11% por encima de los niveles obtenidos dos años antes. Aunque la economía sigue un 6% más débil que en el 2020, los españoles están haciendo un esfuerzo fiscal mucho mayor, sin que se vislumbre una mejora.

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