Tipos de Impuestos

La financiación de los estados requiere de ingresos suficientes para satisfacer las necesidades de los organismos que lo componen. Existen varias fuentes de ingresos para el estado, pero la principal fuente de ingresos lo componen un sistema con varios tipos de impuestos. Aunque a veces parece lo contrario, el Estado no podría financiarse sin las aportaciones de los ciudadanos y empresas mediante un complejo sistema de pagos a Hacienda.

 

imagen tipos de impuestos
Los impuestos son la vía más importante de financiación pública.

Principales Tipos de Impuestos

Con el paso de los años y los cambios en la sociedad los legisladores van adaptando los criterios impositivos a la nueva realidad, creando nuevos tipos de impuestos. Desde el antiguo alcabala de hace 500 años, hasta los impuestos a empresas tecnológicas, la llamada “Tasa Google” para empresas denominadas como FAANG (Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Google) hay una tremenda evolución. Este impuesto a las empresas digitales se aplica con la justificación de generar ingresos en todo el mundo y pagar impuestos donde tienen el domicilio fiscal, normalmente países con baja tasa impositiva en vez de en los países donde generan los ingresos.

 

¿Qué son los Impuestos? Son pagos obligatorios a los organismos públicos, en concepto de tributo, para financiar el funcionamiento de los sistemas públicos. La obligación nace con el hecho imponible, la causa que genera el impuesto. El hecho imponible pueden ser los ingresos por un salario, los beneficios generados por la venta de una propiedad o el hecho de comprar cualquier producto o servicio. Por ejemplo comprar un coche o reparar un frigorífico.

 

Impuestos Especiales – Tasas e Impuestos

Aunque en los tres casos supone un desembolso para el contribuyente, estos tres tipos de impuestos tienen importantes diferencias. Los Impuestos Especiales son aquellos que persiguen una estrategia distinta de la general. Se trata de productos estratégicos. En algunos casos incrementan el precio del producto y en otros están bonificados. Algunos ejemplos son: El alcohol, tabaco, carburantes o electricidad.

Las tasas son tributos a cambio de alguna contraprestación, por ejemplo: Un impreso municipal o el servicio de recogida de basuras.

Los impuestos no están ligados a una contraprestación directa, pero contribuyen al sostenimiento general del Estado, Región o Ayuntamiento. Los impuestos directos son progresivos, según la capacidad económica del contribuyente. Los indirectos son iguales para todos, sin distinción del poder adquisitivo.

 

Impuestos Directos e Indirectos

Podemos usar varias formas de clasificar los tipos de impuestos, haciendo la distinción entre Impuestos Directos e Indirectos, impuestos periódicos o instantáneos, impuestos personales o para empresas, para residentes o no residentes, normales y especiales, estatales, autonómicos o locales, todos ellos tienen en común detraer recursos del ámbito personal o empresarial hacia el público.

 

Impuestos Directos

Los Impuestos Directos se aplican a personas o empresas en función de sus ingresos, son impuestos progresivos regulados por tramos impositivos y excepciones para las rentas más bajas. El impuesto directo más conocido es el IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas) y se aplica anualmente sobre los ingresos, procedentes del trabajo u otras rentas, como alquiler, que obtienen las personas.

 

Impuesto sobre la Renta de no Residentes implica a personas o empresas con residencia en el extranjero con ingresos locales. Puede tratarse de ingresos por trabajos esporádicos o haber obtenido plusvalías en la venta de bienes inmuebles. Está regulado en el Real Decreto Legislativo 5/2004 y 1776/204.

 

El Impuesto sobre el Patrimonio de las personas físicas grava el total de sus bienes y derechos económicos a los que se debe restar las cargas de mantenimiento derivadas y las deudas. Está exenta la vivienda habitual con un valor de hasta 300 mil euros, y están obligados a presentar la autoliquidación los contribuyentes con patrimonio superior a 700 mil euros habiendo descontado la vivienda habitual.

 

Las empresas tienen su propio gravamen directo, el Impuesto de Sociedades. Este tributo recae sobre todo tipo de sociedades con diversas formas jurídicas como cooperativas o fondos de inversión colectiva. Existen diferentes tramos impositivos regulados por la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto sobre Sociedades.

Sucesiones y Donaciones

El conocido Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, polémico por incumplir el viejo “non bis in idem”, no pagar dos veces por lo mismo. Sucesiones grava el traspaso de patrimonio gratuito tras un fallecimiento, el receptor debe hacer frente al impuesto de sucesiones. En el caso de donaciones, se trata del traspaso de patrimonio entre personas vivas (Inter vivos).

 

Las ganancias o pérdidas patrimoniales, según el Art. 33.1 y 2 de la Ley IRPF “son ganancias y pérdidas patrimoniales las variaciones en el valor del patrimonio del contribuyente que se pongan de manifiesto con ocasión de cualquier alteración en la composición de aquel, salvo que por esta Ley se califiquen como rendimientos.”

Por ejemplo, los ingresos de un alquiler o el cobro de dividendos no suponen una ganancia patrimonial, tributaría como rendimiento de capital mobiliario.

 

Los Actos Jurídicos Documentados también tienen un impuesto, grava los actos formalizados en escrituras públicas, se integra en la Ley de Transmisiones Patrimoniales. Se aplica a documentos notariales, mercantiles y administrativos. La gestión de este impuesto está cedida a las Comunidades Autónomas y recae el pago sobre el adquiriente del bien o servicio.

 

Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana, conocido popularmente como plusvalía municipal, es un impuesto que grava la plusvalía (aumento de precio) de una propiedad inmobiliaria basado en la diferencia entre el precio de compra y el de venta. El tipo aplicable depende de cada Ayuntamiento.

 

Impuestos Indirectos

Excepto algunos productos, todo el consumo de bienes o servicios está sujeto a Impuestos Indirectos. Estos impuestos generalmente son inmediatos, ya que se pagan al momento de hacer la compra o pago. Algunos ejemplos como el IVA, o los impuestos especiales al tabaco, alcohol o carburantes los pagamos sin darnos cuenta.

 

El Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) fue uno de los requisitos exigidos a España para entrar a formar parte de la Comunidad Económica Europea hacia el año 1986 y desde entonces ha sufrido diversas reformas. Se aplica a los compradores particulares de productos procedentes de la Unión Europea, y previo paso por la aduana administrativa para los del exterior, tras calcular el IVA aplicable. En la actualidad hay tres tipos de IVA en España. Para productos ordinarios, alimentación o primera necesidad. La declaración del IVA es trimestral. El IVA en vivienda nueva es del 10% y para viviendas de protección oficial del 4%.

Impuesto de Transmisiones Patrimoniales

El Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales se aplica a la transmisión de patrimonio entre personas, este impuesto aplica cuando no lo hace el IVA, a la compra de viviendas, terrenos o automóviles usados. El alquiler de viviendas o locales comerciales también tributa bajo este impuesto.

 

En el ámbito local, las empresas o autónomos deben hacer frente al IAE (Impuesto sobre Actividades Económicas). Este tributo de gestión compartida grava a personas físicas o jurídicas en su actividad ya sea empresarial, profesional o artística independientemente de las plusvalías generadas. El impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica o impuesto de circulación es anual para cada automóvil o motocicleta y el pago es en función de la potencia fiscal.

 

El Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) es también de ámbito local, anual y basado en el valor del inmueble. La obligación de pago recae sobre el propietario, independientemente de quien disfrute la propiedad. Están sujetos a este gravamen: Viviendas, locales, naves comerciales, instalaciones deportivas, ganaderas, fincas rústicas y explotaciones piscícolas artificiales.

 

Para la correcta administración de estos impuestos y los que no están en esta lista, se hace necesario un profundo conocimiento de las normas que les aplica, algo que cada día se hace más complicado. Evitar errores a la hora de presentar declaraciones de impuestos, en el procedimiento o los importes y deducciones, nos puede prevenir de problemas mayores.

 

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